Las mujeres indígenas están presentes en la investigación académica y generan conocimientos desde una visión autónoma. Cansadas de que “otros” sean los que cuentan la vida de sus pueblos, mujeres provenientes de estas comunidades rompen esquemas y estereotipos para acceder al ámbito universitario, y dar voz a las problemáticas de sus colectividades.
En el marco de las celebraciones por el 15 aniversario de la Maestría en Estudios de la Mujer –adscrita a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)–, se realizó el pasado viernes el primer coloquio “Producción intelectual de las mujeres indígenas de Mesoamérica”, con el fin de vincular el conocimiento generado por mujeres indígenas con el resto de la investigación.
Cuatro mujeres provenientes de igual número de comunidades relataron sus historias de lucha para acceder a la universidad; hablaron de las barreras que enfrentaron y la forma en que incluso las transformaron en conocimiento. De manera transgresora abandonaron sus lugares de origen y ahora con su producción intelectual enfrentan los cuestionamientos.
Encaran las críticas de quienes consideran que al abandonar sus comunidades y tradiciones dejaron de ser indígenas, y de los que piensan que aún con estudios ellas continúan siéndolo. “Estamos en el limbo de lo que somos y no somos”, denunciaron.
Gladys Tzul Tzul, maya quiché de Guatemala, consideró que la realización del coloquio, además de un acto académico, representa un acto político pues brinda la oportunidad de visibilizar a las indígenas en la producción de conocimientos.
Agregó que generalmente ellas sólo están dentro de la producción intelectual como informantes, y lo que dicen se traduce en entrevistas y relatos.
La academia –dijo Tzul Tzul a Cimacnoticias al final del evento– ha sido vedada para las mujeres en general, pero sobre todo para las indígenas.
La doctora en Sociología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla puntualizó que no se debe reducir la producción de conocimientos de las indígenas al ámbito académico, toda vez que algunas de ellas generan conocimientos dentro de sus propias comunidades, pero “desgraciadamente” no llegan a conocerse y constantemente son devaluados por no tener “rigor científico”.
Gladys lamentó que a las mujeres autóctonas históricamente se les ha responsabilizado del subdesarrollo nacional y global, ya que se les culpa de ser analfabetas o de ser “las que se dejan embarazar”.
Aseguró que eso no puede retomarse como la única verdad, pues existen muchas mujeres que dentro de sus posibilidades y en su propio contexto generan avances para sus comunidades y que participan activamente en el desarrollo de esas colectividades.
“Se han expresado en distintas formas, pero se les juzga porque no todas tienen las oportunidades para poder desarrollarse dentro de la comunidad occidental”, advirtió Tzul Tzul.
En su intervención, Georgina Méndez, maya chol de Tila, Chiapas, y actual doctorante en Antropología por la UAM Iztapalapa, dijo que son “otras y otros” los que hablan por los pueblos nativos.
Presentó un avance de su tesis doctoral, en la que da cuenta de que la producción académica de las mujeres indígenas existe, pero muchas veces permanece invisible para el resto de la sociedad.
“Son muchos los que han secuestrado la voz de las y los indígenas”, no es que no exista, sino que otros se han apropiado los pensamientos de estas culturas, los traducen a su lenguaje y ellos han determinado que ésa es la verdad.
Sin embargo las voces de mujeres han comenzado a surgir y se mantienen fuertes denunciando lo que por años ha sido silenciado, aunque aclaró que la lucha y presencia de las mujeres de grupos étnicos no es reciente, pero poco se ha hablado de ella.
Méndez dijo a Cimacnoticias que el trabajo que han realizado las indígenas en la generación de conocimientos busca ser comprometido con la lucha de las mujeres. “Además de visualizar y denunciar, buscamos crear estrategias para combatir estas problemáticas”, puntualizó.
Judit Bautista Pérez, zapoteca de San Juan Atepec, Oaxaca, y maestra en Sociología, empezó su ponencia en zapoteco, en la cual hizo hincapié en las formas en que las indígenas son discriminadas.
Definió a la academia como una opción de lucha cotidiana y como un esfuerzo por visibilizar las voces de las mujeres indígenas.
Observó que las mujeres de grupos originarios que acceden a estos contextos rompen con los esquemas y estereotipos que se tienen sobre las y los integrantes de estas comunidades, por lo que constantemente se deben enfrentar a los cuestionamientos y prejuicios en torno a su imagen.
Finalmente, Alicia Martínez Cruz, indígena ñañú del Valle del Mezquital, Hidalgo, y actual estudiante de la Maestría en Estudios de la Mujer, dijo que dentro de las localidades indígenas las mujeres son la mitad de la población e indudablemente son partícipes en el día a día de la comunidad, pero el análisis sobre estas actividades debe ser más específico para entender cada contexto y no reducirlo a una simple forma de estudio.
En el marco de las celebraciones por el 15 aniversario de la Maestría en Estudios de la Mujer –adscrita a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)–, se realizó el pasado viernes el primer coloquio “Producción intelectual de las mujeres indígenas de Mesoamérica”, con el fin de vincular el conocimiento generado por mujeres indígenas con el resto de la investigación.
Cuatro mujeres provenientes de igual número de comunidades relataron sus historias de lucha para acceder a la universidad; hablaron de las barreras que enfrentaron y la forma en que incluso las transformaron en conocimiento. De manera transgresora abandonaron sus lugares de origen y ahora con su producción intelectual enfrentan los cuestionamientos.
Encaran las críticas de quienes consideran que al abandonar sus comunidades y tradiciones dejaron de ser indígenas, y de los que piensan que aún con estudios ellas continúan siéndolo. “Estamos en el limbo de lo que somos y no somos”, denunciaron.
Gladys Tzul Tzul, maya quiché de Guatemala, consideró que la realización del coloquio, además de un acto académico, representa un acto político pues brinda la oportunidad de visibilizar a las indígenas en la producción de conocimientos.
Agregó que generalmente ellas sólo están dentro de la producción intelectual como informantes, y lo que dicen se traduce en entrevistas y relatos.
La academia –dijo Tzul Tzul a Cimacnoticias al final del evento– ha sido vedada para las mujeres en general, pero sobre todo para las indígenas.
La doctora en Sociología por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla puntualizó que no se debe reducir la producción de conocimientos de las indígenas al ámbito académico, toda vez que algunas de ellas generan conocimientos dentro de sus propias comunidades, pero “desgraciadamente” no llegan a conocerse y constantemente son devaluados por no tener “rigor científico”.
Gladys lamentó que a las mujeres autóctonas históricamente se les ha responsabilizado del subdesarrollo nacional y global, ya que se les culpa de ser analfabetas o de ser “las que se dejan embarazar”.
Aseguró que eso no puede retomarse como la única verdad, pues existen muchas mujeres que dentro de sus posibilidades y en su propio contexto generan avances para sus comunidades y que participan activamente en el desarrollo de esas colectividades.
“Se han expresado en distintas formas, pero se les juzga porque no todas tienen las oportunidades para poder desarrollarse dentro de la comunidad occidental”, advirtió Tzul Tzul.
En su intervención, Georgina Méndez, maya chol de Tila, Chiapas, y actual doctorante en Antropología por la UAM Iztapalapa, dijo que son “otras y otros” los que hablan por los pueblos nativos.
Presentó un avance de su tesis doctoral, en la que da cuenta de que la producción académica de las mujeres indígenas existe, pero muchas veces permanece invisible para el resto de la sociedad.
“Son muchos los que han secuestrado la voz de las y los indígenas”, no es que no exista, sino que otros se han apropiado los pensamientos de estas culturas, los traducen a su lenguaje y ellos han determinado que ésa es la verdad.
Sin embargo las voces de mujeres han comenzado a surgir y se mantienen fuertes denunciando lo que por años ha sido silenciado, aunque aclaró que la lucha y presencia de las mujeres de grupos étnicos no es reciente, pero poco se ha hablado de ella.
Méndez dijo a Cimacnoticias que el trabajo que han realizado las indígenas en la generación de conocimientos busca ser comprometido con la lucha de las mujeres. “Además de visualizar y denunciar, buscamos crear estrategias para combatir estas problemáticas”, puntualizó.
Judit Bautista Pérez, zapoteca de San Juan Atepec, Oaxaca, y maestra en Sociología, empezó su ponencia en zapoteco, en la cual hizo hincapié en las formas en que las indígenas son discriminadas.
Definió a la academia como una opción de lucha cotidiana y como un esfuerzo por visibilizar las voces de las mujeres indígenas.
Observó que las mujeres de grupos originarios que acceden a estos contextos rompen con los esquemas y estereotipos que se tienen sobre las y los integrantes de estas comunidades, por lo que constantemente se deben enfrentar a los cuestionamientos y prejuicios en torno a su imagen.
Finalmente, Alicia Martínez Cruz, indígena ñañú del Valle del Mezquital, Hidalgo, y actual estudiante de la Maestría en Estudios de la Mujer, dijo que dentro de las localidades indígenas las mujeres son la mitad de la población e indudablemente son partícipes en el día a día de la comunidad, pero el análisis sobre estas actividades debe ser más específico para entender cada contexto y no reducirlo a una simple forma de estudio.