jueves, 24 de abril de 2014

El desafío de una tecnología feminista

La reconfiguración necesaria. Sursiendo hilos sueltos

Del acceso y la participación
La poca inclusión en este tipo de temas no tiene tanto que ver con los propios intereses de las mujeres sino con que el reparto de otras tareas (fundamentalmente de cuidados) aún recae sobre nosotras y aún existe una situación de multidiscriminación (por razones de género, geografías, edad, economía, lingüísticas, etc). No hay tiempo para experimentar, conocer, compartir, desarrollar… Las posibilidades de elección suelen ser mucho menores y, sobre todo, no hay demasiado lugar al ensayo/error. No hay tiempo.

Por eso este tema

supone indagar en los procesos de acceso e inmersión tecnosocial que contemplan aspectos tecnológicos y sociales como las motivaciones, los factores facilitadores, las condiciones de uso, desarrollo y participación de las mujeres en el ámbito de las tecnologías e incluso, los mecanismos de autoinclusión que desarrollan las mujeres para autoincluirse e ir modificando, a su vez, las TIC.


La distancia que hay en el acceso a la tecnología sigue estando presente. Pero el acceso no solo depende del hardware disponible (los teléfonos móviles han dado un acortamiento fundamental en este sentido). El acceso tiene también que ver con el tipo de información disponible, en qué formatos, en qué idiomas, también con una cultura digital, con una educación digital. Como dicen en Aportes feministas para pensar las tecnologías: el caso de OLPC y SugarLabs en Colombia nos interesa la “búsqueda por deconstruir el imaginario de que las mujeres y la tecnología (en general) no son compatibles (…) es notorio que aquellos proyectos y desarrollos de TIC que se encuentran directamente asociados con procesos de intervención social de carácter educativo, por ejemplo, son de mayor interés para las mujeres”. En el mismo informe se señala que para la implementación y éxito del plan una laptop por chico tuvo especial interés la participación de mujeres dentro de las comunidades de software libre locales.

En este mismo artículo se analiza a profundidad todo el proceso de implementación del proyecto (vale la pena leerlo completo) y se señala que “la crítica feminista a la tecnología apuntará no solo a evidenciar lo que ocurre con hombres y mujeres en el territorio de las TIC, sino a reconfigurar este territorio en sí mismo, justamente desde esas premisas de parcialidad, heterogeneidad y contingencia.”

Además de eso, están los prejuicios (auto)impuestos. Las tecnologías son para las personas. Por tanto el “yo no se mucho de eso” se termina con la simple determinación de aprender. Una vez allí necesitamos informar e informarnos, expresar opiniones, conectar, hacer nexos, entretejernos, enseñar, visibilizar, apoyar, hacer ruido (como con los Memes feministas, un proyecto que nació casi sin querer y que tiene un alcance enorme: usa uno de los formatos más utilizados en redes sociales pero con un lenguaje provocador) y un largo etcétera. El hecho de permitirnos hacer pública nuestra curiosidad, cuestionar la autoridad y los estereotipos a la vez que compartir los resultados con la comunidad que nos rodea podrían ser mecanismos eficaces para ayudar a reducir el patriarcado e incluso otras relaciones económicas y sociales desequilibradas.

En las calles de las ciudades y las avenidas de la información necesitamos estar alertas al MACHISMO pero también a los micromachismos, esos comportamientos sutiles de dominación casi “sin que se note” abundan. En principio, creemos que para combatirlos hacia afuera hay que combatirlos hacia adentro y con esto entender nuestras propias contradicciones. Un camino largo y arduo que además de todo es cotidiano. Quizás por eso el acercamiento y trabajo constante con hombres feministas nos resulta necesario, así como con cualquier persona sensibilizada con la pluralidad, la tolerancia, la no discriminación. ¡Frente a la reproducción de tópicos, voces disidentes y estridentes!

Checa artículo completo en:
http://sursiendo.com/blog/2014/04/el-desafio-de-una-tecnologia-feminista-la-reconfiguracion-necesaria/