Por: Anayeli García Martínez
Cimacnoticias; México, DF12/02/2013
Por unos días las indígenas del municipio de Zongolica, en Veracruz, dejaron sus parcelas y los quehaceres del hogar para tomar los micrófonos y ser protagonistas de un proyecto fílmico donde narran cómo detectar, prevenir y atender la violencia de género.
Cerca de 40 mujeres de esta región indígena al sur del país se convirtieron en guionistas y productoras; aprendieron a usar el lenguaje audiovisual y se lanzaron a realizar una serie de tres videos a través de los cuales difunden el trabajo de las mujeres indígenas contra la violencia.
Acompañadas por Telemanita –una asociación que promueve la producción de videos como herramientas de educación y organización– y por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNI), estas mujeres plasmaron su trabajo y vida cotidiana en videos.
Durante ocho meses, de mayo a diciembre pasado, las mujeres indígenas se apoderaron de las nuevas tecnologías con el firme objetivo de contar con una herramienta audiovisual para difundir que la violencia no es natural, y hacer ver que los medios de comunicación tiene una tarea pendiente en este tema.
La directora de Telemanita, Alejandra Novoa, dice en entrevista que los videos les permitieron a las mujeres de Zongolica documentar su trabajo a favor de los derechos de las indígenas, plasmar su vida diaria, desnaturalizar la violencia y además tener acceso a nuevas herramientas de comunicación.
Novoa explica que las mujeres participaron en el proceso de producción de los filmes, escribieron los guiones, aprendieron a plasmar sus ideas en imágenes, contactaron a sus entrevistados, eligieron locaciones y aprendieron que la televisión no es el único medio de comunicación.
Convencida de que la imagen tiene la fuerza de llegar a más auditorio y de que tiene un gran impacto en lugares donde existe un elevado índice de analfabetismo, la realizadora afirma que este recurso también es parte del derecho a la información y a la comunicación de las personas.
Señala que las indígenas también tienen derecho a contar con herramientas para generar materiales fílmicos donde reflejen sus necesidades e intereses, pues a través de la televisión, el único medio a su alcance, sólo ven novelas o películas que no obedecen a su realidad cotidiana.
La documentalista sostiene que cuando las mujeres se ven en la pantalla, se escuchan y se sienten protagonistas de sus historias, encuentran el valor de la participación y rompen con la cotidianidad de las comunidades alejadas donde la violencia contra las mujeres es sistemática.
Para medios masivos como la televisión, las indígenas no existen y si salen a cuadro es en novelas en las que son representadas como trabajadoras del hogar que son humilladas o explotadas.
Por ello en este proyecto ellas fueron las protagonistas: durante las grabaciones hicieron las preguntas a las entrevistadas, sugirieron tomas y dirigieron el trabajo, y como resultado en cada material se muestra su vida cotidiana, su contexto rural y los altos índices de violencia hacia las mujeres.
Asimismo se informa cómo denunciar cuando se sufre algún tipo de violencia de género y lo que implica; generan un ambiente de confianza, y además incluyen la vida de las operadoras de la Casa de la Mujer Indígena, su proceso de formación y sus desafíos.
Al final, a través de este proyecto –que dio origen a estos videos que servirán de material educativo– las mujeres no sólo narran los estragos de la violencia, también dan cuenta de sus testimonios para dejar en claro que no es natural y que se puede superar. http://www.cimacnoticias.com.mx/node/62534
Cerca de 40 mujeres de esta región indígena al sur del país se convirtieron en guionistas y productoras; aprendieron a usar el lenguaje audiovisual y se lanzaron a realizar una serie de tres videos a través de los cuales difunden el trabajo de las mujeres indígenas contra la violencia.
Acompañadas por Telemanita –una asociación que promueve la producción de videos como herramientas de educación y organización– y por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNI), estas mujeres plasmaron su trabajo y vida cotidiana en videos.
Durante ocho meses, de mayo a diciembre pasado, las mujeres indígenas se apoderaron de las nuevas tecnologías con el firme objetivo de contar con una herramienta audiovisual para difundir que la violencia no es natural, y hacer ver que los medios de comunicación tiene una tarea pendiente en este tema.
La directora de Telemanita, Alejandra Novoa, dice en entrevista que los videos les permitieron a las mujeres de Zongolica documentar su trabajo a favor de los derechos de las indígenas, plasmar su vida diaria, desnaturalizar la violencia y además tener acceso a nuevas herramientas de comunicación.
Novoa explica que las mujeres participaron en el proceso de producción de los filmes, escribieron los guiones, aprendieron a plasmar sus ideas en imágenes, contactaron a sus entrevistados, eligieron locaciones y aprendieron que la televisión no es el único medio de comunicación.
Convencida de que la imagen tiene la fuerza de llegar a más auditorio y de que tiene un gran impacto en lugares donde existe un elevado índice de analfabetismo, la realizadora afirma que este recurso también es parte del derecho a la información y a la comunicación de las personas.
Señala que las indígenas también tienen derecho a contar con herramientas para generar materiales fílmicos donde reflejen sus necesidades e intereses, pues a través de la televisión, el único medio a su alcance, sólo ven novelas o películas que no obedecen a su realidad cotidiana.
La documentalista sostiene que cuando las mujeres se ven en la pantalla, se escuchan y se sienten protagonistas de sus historias, encuentran el valor de la participación y rompen con la cotidianidad de las comunidades alejadas donde la violencia contra las mujeres es sistemática.
Para medios masivos como la televisión, las indígenas no existen y si salen a cuadro es en novelas en las que son representadas como trabajadoras del hogar que son humilladas o explotadas.
Por ello en este proyecto ellas fueron las protagonistas: durante las grabaciones hicieron las preguntas a las entrevistadas, sugirieron tomas y dirigieron el trabajo, y como resultado en cada material se muestra su vida cotidiana, su contexto rural y los altos índices de violencia hacia las mujeres.
Asimismo se informa cómo denunciar cuando se sufre algún tipo de violencia de género y lo que implica; generan un ambiente de confianza, y además incluyen la vida de las operadoras de la Casa de la Mujer Indígena, su proceso de formación y sus desafíos.
Al final, a través de este proyecto –que dio origen a estos videos que servirán de material educativo– las mujeres no sólo narran los estragos de la violencia, también dan cuenta de sus testimonios para dejar en claro que no es natural y que se puede superar. http://www.cimacnoticias.com.mx/node/62534