Su personalidad al límite, su afición por la poesía y las emociones
fuertes, su mirada triste aunque llena de esperanza… así era Susana
Chávez, quien formara parte del taller literario del Instituto
Chihuahuense de la Cultura (Ichicult), en la generación 2002 – 2004, a
cargo de José Manuel García García, y cuyo cuerpo fuera hallado sin vida
la noche del 6 de enero, en el cruce de las calles Cristóbal Colón y
Ramón Corona.
Involucrada durante su juventud con grupos artísticos, publicó algunos poemas en una antología de aquel grupo. Siempre se caracterizó por tener un espíritu rebelde, muy entregada a lo que hacía: “Fui compañero de ella. Sus textos y ella misma, eran densos, oscuros. Sin embargo, había algo entrañable en su persona, algo auténtico”, expresa Blas García.
Frecuentaba con asiduidad el bar Kentucky. Su mascota Almendra, una gatita, le brindó momentos de alegría unas semanas antes de morir. Uno de los últimos mensajes que escribió en su blog, dice así: “Sentí dolor antes de que se recrudeciera toda la violencia que estamos viviendo los ciudadanos de ésta, mi natal Juárez. Pero ahora siento vacío, desamparo e impotencia. Supongo que, como muchos, pensar en mejorías para mí está en verde, pero la esperanza la tengo aún porque soy mujer de fe. ¡Viva Juárez”