miércoles, 6 de octubre de 2010

Erradicar misoginia y sexismo, tarea pendiente de medios de información

Organiza la SCJN foro internacional sobre esta temática
Periódico La Jornada
Sábado 2 de octubre de 2010, p. 14
Los medios de comunicación no son motor de cambio sino una rémora para la transformación de paradigmas de equidad entre hombres y mujeres, por lo que es necesario modificar los esquemas de la prensa en cuanto a perspectiva de género para avanzar hacia la erradicación del sexismo y la misoginia, señaló Joana Gallego, investigadora de la Universidad de Barcelona, al participar en el primer Foro Internacional Género, Justicia y Medios de Comunicación, organizado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Criticó la manera en que los medios impresos destacan en titulares los logros de los hombres en sus distintas actividades, y a las mujeres no se les reconocen sus esfuerzos, y en lugar de ello les ponen títulos como princesas o reinas en alguna rama del conocimiento humano o actividades deportivas, políticas o académicas.
Joana Gallego resaltó que los medios de comunicación, tan importantes para los cambios sociales, en cuestiones de género se traducen en obstáculos para avanzar en ese aspecto.
Patricia Castañeda, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México, hizo un llamado para que los medios actúen con responsabilidad social respecto de las mujeres, y contribuyan a la conciencia ciudadana para poner fin a los usos de imágenes sexistas, ya que la información debe terminar con la desigualdad entre hombres y mujeres.
En el acto, realizado en la sede alterna de la SCJN que se localiza en el centro de la ciudad de México, Karen Boyle, investigadora de la Universidad de Glasgow, Escocia, indicó que es necesario que los medios tomen mayor conciencia de la difusión que realizan de imágenes pornográficas, ya que en todo el mundo cada vez se está convirtiendo en algo legítimo su utilización, a pesar de que existen abusos que no sólo involucran a los actores que participan en la filmación de cintas, sino que atentan contra los derechos de otras personas.
Gustavo Castillo García, La Jornada 02/10/2010